Tilín,
Tilán, Tilón, Tilén
y su amiga Tilún
Había
una vez un lugar mágico donde vivían unos seres realmente
asombrosos.
En el aspecto
físico se parecía mucho a tí y a mí: tenía
pelo encima de la cabeza; ojos , nariz , boca y orejas; dos brazos y dos
piernas. . . en fin, que a simple vista podían ser cualquiera de
las personas con las que nos encontramos por la calle, en el colegio o
en nuestra casa.
Sin embargo
tenían algo que les hacía especiales, diferentes, únicos.
Y es que: Tilín guiñaba un ojo y salía el sol; Tilán
castañeteaba sus dientes y las nubes cubrían el cielo; Tilón
al mover sus orejas llovía ; y cuando Tilén aleteaba su
nariz soplaba el viento.
La pena era
que no se conocía entre ellos. Cada uno iba a lo suyo y si se cruzaban
alguna vez en el camino se hacían los despistados y pasaban de
largo.
Hacía ya un tiempo que
andaban todos preocupados por un mismo problema.
Resulta que
en el centro de aquel lugar había un Árbol muy Generoso
que les daba jugosos frutos para saciar su hambre y les proporcionaba
una estupenda sombra donde cobijarse los días de calor.
Pero un día
se empezó a secar, se le cayeron las hojas y ya no daba esos ricos
frutos. Lo intentaron arreglar, cada uno por su lado, claro está:
-Tilín
se acercó, guiñó un ojo y salió el sol que,
al principio, hizo elevar sus ramas pero al cabo del rato las quemó.
-Tilán
castañeteó sus dientes y las nubes cubríeron el cielo
dejándolo todo oscuro y el árbol se asustó.
-Tilón
movió sus orejas y empezó a llover, el árbol se puso
contentísimo pero cuando pasaron unas horas se ahogaba de tanta
agua que caía y volvió a entristecer.
-Tilén
también quería probar suerte, aleteó su nariz y sopló
un viento que mecía las hojas pero finalmente las hizo caer al
suelo.
No conseguían
nada y el pobre árbol empeoraba sin remedio.
Un buen día
acertó a pasar por allí Tilún, una vecina de un lugar
cercano, haciendo turismo por la zona. Vio, miró y se dio cuenta
de lo que estaba ocurriendo. ¡Ah! Tilún también era especial
porque cuando frotaba sus manos producía unas hondas magnéticas
que atraían hacia ella a todo aquel que se encontrase en su radio
de acción. Enseguida se puso manos a la obra. Esperó, escondida
tras una de las pocas ramas sanas que le quedaban al Árbol, a que
pasaran por allá Tilín, Tilán, Tilén y Tilón
y en el justo momento en que todos ellos andaban cerca frotó fuertemente
sus manos y los cuatro se vieron arrastrados a su lado. Cuando los tuvo
lo suficientemente cerca los miró fijamente y les pidió
que cuando ella dijese sus nombres hiciesen eso que sólo ellos
sabían hacer. Tilún empezó a cantar:
"Tilín,
Tilín mira quien está ahí (y Tilín hizo que
saliese el sol)
es Tilán,
Tilán que te va a ayudar ( las nubes taparon al sol por un esquinita)
acércate
Tilón y caerá un chaparrón (y llovió)
nos faltas
tú Tilén mueve sus hojas y harás bien (el viento
sopló suavemente)"
Tilún
les dijo que cada día viniesen juntos y cantasen esta canción.
Así lo hicieron y ¿ qué creéis que pasó? pues
claro, al Árbol Generoso le volvieron a salir las hojas y los frutos
y los cuatro amigos Tilín, Tilán , Tilón y Tilén
descubrieron cuántas cosas podían hacer juntos.
En cuanto
a Tilún, siguió su camino viajando por el mundo. Si algún
día la veis dadle recuerdos de mi parte.
Lourdes
Becerril
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